#11 Ten cuidado con que se cumplan tus sueños
Me impacta saber que por fin los seres humanos tenemos la posibilidad de tener nuestra pareja ideal gracias a que empresas de AI ya pueden crear novias y novios perfectos.
Dicho así, parece sencillo, sin embargo, como dicen los sabios “ten cuidado con que se cumplan tus sueños”. En Bohemian Rapsody cuando Freddy Mercury intenta hacer las paces con Queen, este les dice: “cuando les pedía a los músicos alemanes que hicieran todo aquello que quería, me decían que sí, y allí estaba el problema”
En la película HER ya nos lo anticiparon y en Black Mirror también, cuando aquel marido menos perfecto se muere y es reemplazado por uno perfecto del que Hayley Atwell se aburre (y pensar que luego estaría corriendo con Tom Cruise por las calles de Roma y Venecia como una ladrona no arrepentida).
Pues bien, ahora resulta que miles de personas, la mayoría hombres, han creado sus propias novias virtuales en empresas como Replika, Eva AI, Intimate, DreamGF o RomanticAI y muchas más que vendrán ya que esto solo es el principio.
Lo que resulta impactante y eternamente paradójico es que a esa felicidad a la que queremos llegar, ellos ya la han conseguido sin darse cuenta, pero como somos seres humanos, encuentran problemas. Problemas como, “han cerrado la empresa y mi novia ya no me responde y me siento solo porque es la única que me entendía”.
En el mundo del entretenimiento, hasta ahora, cuando vemos una película sabemos que somos elementos pasivos del proceso porque nadie se pone a gritar en el cine a favor de Spiderman ni tampoco nos salpican las gotas de sudor de Rocky.
Nos alegramos y nos compadecemos del personaje. Ese ser que quiere llegar a un objetivo pero un villano no se lo permite y este le hace sufrir hasta el final. Nos gusta ese tipo de felicidad en el que el personaje principal gana porque nosotros queremos ganar, aunque pocas veces lo conseguimos ya que la vida en su esencia es eso, perder y saber gestionar las derrotas.
Pero ahora, los papeles se están cambiando gracias o a pesar de la AI. Ahora podemos ser esos personajes principales a los que les deja una novia o un novio que no existe y allí es donde reside la paradoja máxima: ¿podemos sentir y sufrir por códigos hechos de máquinas que desconocemos?
Si nos fuéramos tres cientos años atrás y preguntáramos a la gente si se creerían que los humanos del futuro llorarían porque se les ha muerto un perro o un gato se caerían de la mesa de la risa. Y si viajáramos aun más en el tiempo y les intentáramos explicar a los antiguos que lloraríamos o nos emocionaríamos leyendo unas lineas en una tecnología llamada libro, dirían que estamos locos (Marco Aurelio no cuenta).
Dicen los profetas del mañana que esta tecnología que intenta hacernos felices con este tipo de avatares nos generará sufrimiento, ansiedad y no sé que más cosas. La de cosas que tendremos que comernos por ser felices.
Pues bienvenida sea la crisis y el conflicto, porque al final, como todo lo nuevo, tendremos que saber gestionarlo ya que la felicidad no es un fin, sino un proceso. Un proceso infinito.