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#10 Cuando nos toque ser cancelados.
Cada día que pasa, tenemos más riesgo de ser cancelados. Es una de las palabras más duras que uno puede leer: cancelado.
Es peor que ser despedido, “usted ha sido cancelado”.
En uno de los mejores episodios de Black Mirror, Blanca Navidad, al inefable y apuesto protagonista (John Hamm), se le cancela, se le borra y se le olvida.
Ya en la antigua Grecia entre el ostracismo de dejar la polis o tomar veneno, muchos escogían lo segundo porque no podían entender vivir sin las personas.
Hoy estamos a un tweet, un post, o una opinión de ser cancelados. Ni tan siquiera nos dejan abrir o generar debates respecto a cualquier idea.
Mientras Orwell noveló que El Gran Hermano y Goldstein se adueñarían del control absoluto de las sociedades, no se podía imaginar que la verdad sería más sencilla.
Si lo tuviera delante, le diría:
“George, no hacía falta escribir una de las mejores novelas de la historia, simplemente con esperar a una cosa llamada redes sociales, hubieras conseguido ver que el razonamiento superficial y obtuso del planeta se haría con el mando del conocimiento y que en un momento, por arte de magia, se ofenderían por cualquier temática. Sí, sí, da igual si son de izquieras o de derechas. ¿Qué no te lo puedes creer? Pues, así es. Los medios dieron poder a expresiones como “las redes estallan” o “estas declaraciones ofenden a las redes”. ¿Qué quienes son esas personas George? Pues algunas existen y otras son invenciones, pero aún así, como Napoleón, se erigieron con el poder de cancelar a quién les diera la gana”.
Dejando a Orwell al lado, lo que me pregunto es cuándo comenzará la invasión contra las empresas y contra las personas que trabajan en ellas.
¿Dónde está el límite? Si la posverdad nos alertó de que casi no había límites ¿ahora ya no existen? ¿A qué esperamos para que el ataque comience? ¿O es que ya ha empezado y no nos hemos dado cuenta? ¿Cuándo comenzarán los ataques brutales inventados en las redes sociales contra alguna empresa o algún empresario para eliminarla?
A lo mejor podríamos centrarnos en trabajar más las cosas que hacemos, los hechos que existen, las realidades que generamos y no tanto estar tan preocupados por las palabras de ofendidos de cualquier color e ideología.
Focalizarse en crear nuestra verdad y ser íntegros, nos ayudará a aguantar la mode de hoy, que como cualquier moda, también pasará.