#42 Que alguien pare esta locura
No sé de qué manera, pero que paren esto ya.
No puede ser que gracias a la IA se pueda poner la cara de alguien y un cuerpo como el suyo o similar y hacer videos pornográficos. ¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí?
¿Se imaginan que su hija de 12 años llega a casa y llora porque le dice que en el colegio los niños se ríen de ella porque han recibido un video donde se ven horribles cosas?
O que una mañana llegue al trabajo y sus compañeros le vean con cara rara y le enseñen un video donde usted (sea mujer u hombre) está practicando acciones sexuales que nunca han existido.
¿Dónde está el derecho a la intimidad y al honor? ¿Quién nos lo arrebató?
No puede ser que con nuestra voz una máquina pueda llamar a nuestros familiares y que les convenza que estamos secuestrados y que se exija una recompensa si no nos mataran.
¿Pero qué está pasando? ¿Es que nadie levanta la mano y dice BASTA?
El famoso deepfake está generando miles de videos pornográficos con personas que no quieren ser actores o actrices porno. Stable Diffusion es uno de los responsables de que esto ocurra y nadie lo para. ¿Dónde está la policía? ¿FBI?
Alan Zucconi lo explica en detalle qué está pasando y no pasa nada e incluso en YouTube, te enseñan a cómo hacer videos y tampoco pasa nada.
Algunos se aferran a esa “libertad de expresión” tan manida y que conlleva a “hago lo que quiero con quien quiero y porque quiero y que alguien demuestre que está mal o que es mentira que dentro de unos años ya nadie se acordará o a lo mejor me ponen una multa que me dará igual porque nunca la pagaré”.
Eso no es libertad de expresión, eso es una locura que debería estar penada.
Como buenos humanos no hacemos caso hasta que nos toca a nosotros y entonces correremos y nos manifestaremos exigiendo respuestas duras, pero hasta que no pase, seguiremos moviendo la cabeza sin pensar en cómo actuar porque estamos sumergidos en miles de horas gastadas en las redes sociales que tanto nos atontan y que no las podremos recuperar.
Diferentes personas sabias han repetido esta frase que hoy resuena más que nunca: la vida no pasa, la vida se gasta.