#33 La corona de Napoleón
Corría el 1804 cuando Napoleón no esperó más y dio un fuerte golpe en la mesa al considerar que ningún Papa de Roma le tenía que coronar emperador.
Cansado y expeditivo como era, se dijo “hoy me corono Emperador”. Sin más y no solo eso, sino que quiso someter el poder de la Iglesia y encarceló al Papa Pío VII cinco años más tarde.
Intentemos hacer el esfuerzo de situarnos hace dos cientos años e imaginar el poder de la Iglesia, del Vaticano y de los Papas de Roma que era brutal. Sin duda, ayudaron a que rusos, ingleses y austríacos se unieran para derrotar al francés revolucionario.
Pero esta no es una newsletter de historia, ya que para eso, existen maravillosos podcasts y videos en Youtube que resumen y teorizan sobre la historia.
Sin embargo, releyendo las memorias de Napoleón y al volver a caer en este episodio que derrocha vanidad, orgullo y condescendencia, me he preguntado si las personas que se auto coronan como expertas, gurús o magos de un tema en particular, también han secuestrado a aquella institución que les daba la credibilidad.
Qué casualidad que no son temas difíciles, como construir rascacielos u operaciones a corazón abierto, sino que son temas de los que pueden hablar y postular al regalarnos (o cobrarnos) sus clases, donde sin ningún complejo charlan con una seguridad, sagacidad y aplomo que ya le hubiera gustado tener a Napoleón.
A lo mejor es la edad, pero yo, particularmente, cada día que pasa tengo más dudas de casi todo y me gusta más coleccionar preguntas que almacenar respuestas.
Antes, si recuerdan, eran las Universidades las que otorgaban ese toque de credibilidad para que cuando aplicabas a un trabajo o queríais vender tus servicios, llevaras a la entrevista de trabajo un diploma que te acreditara con algo como: “ha estudiado y ha pasado los exámenes y por tanto asumimos que tiene conocimientos”.
Hoy, a lo mejor pensamos que la Marca Personal es poder fardar de los seguidores que tenemos. Ejemplo: “esta persona tiene 90.000 seguidores en Linkedin y no tiene ningún diploma o estudios que acredite su conocimiento, pero en cambio hay otra persona que tiene cinco títulos universitarios y le siguen cien personas”
¿Estamos seguros de que el segundo es el que conseguirá el trabajo o el cliente?
¿Tenemos claro que no porque haya muchos fuegos artificiales alrededor, vamos a entender quien es el que sabe de verdad?
¿Y en lo que respecta a los productos? ¿Si encontramos una persona “experta en nutrición” que la siguen cien mil followers, le daremos más credibilidad que a un médico que no conoce nadie?
¿Recuerdan el concepto de la paridad estadística entre que la correlación no siempre implica causalidad? Esto es lo mismo ¿Que tengan muchos seguidores y por tanto esa persona se haya auto coronado, como Napoleón, gurú de una temática, significa que realmente esa persona tiene legitimidad para apropiarse del conocimiento?”
Ya lo vaticinaba Manuel Castells en su obra “La Era de la Información” o el mismo Ulrich Beck se volvería loco si viera como vivimos de facto en su “Sociedad del Riesgo” que también anticipó, porque vería que no le pasa nada a aquella persona que tiene ochenta millones de seguidores en X.com y que dice que no hay problemas medio ambientales. Para dar una pista, es rubio y ha sido presidente de USA.
¿Los parámetros han cambiado y ya no serán aquellos lugares que mantenían el conocimiento, también llamados Universidades, los que den la legitimidad del conocimiento a sus estudiantes y será la masa y sus likes los que den ese poder a los nuevos Napoleones imberbes?
¿En los años venideros viviremos en varias Matrix porque la verdad no será única?
También lo adelantaba el gran Orwell: Quien controle el presente, controla el pasado.